Exceptuando a los que se dedican a las artes marciales chinas, no todos tienen una noción clara acerca de lo que realmente es el tai chi chuan, entonces ni que hablar del gran público, que no tiene relación cercana con el tema.
Tradicionalmente existen cinco estilos o formas principales de taijiquan, y ellos son: la forma YANG, cuyo nombre se le debe a Yang Tan Pu, nieto de Yang Lu Chan, quien sin pertenecer al clan de los Chen, fue el primero en recibir enseñanza, aunque algunos afirman que al principio lo hizo sin autorización, es decir observando y copiando sin que lo vieran, hasta que fue descubierto y posteriormente aceptado, podría decirse que actualmente esta es la forma mas conocida; la forma WU, creada alrededor del año 1845 por Viura, quien había aprendido de Chen Shin Pin; la forma SUN, creada por Sun Lu Tan, como producto de sus estudios y conocimientos, tanto de la forma Wu, como en Pa Kua y Shing I Chuan; la forma W’U, distinta a la anterior y creada por Wu Chien Chuan, quien la enseñó en Shangai, y finalmente la forma CHEN.
Es, en efecto, seguro, que el arte marcial denominado taiji quan requiere mucho tiempo de práctica y estudio para comprenderlo, y aún más para dominarlo. Estoy convencido que son las sutilezas de un arte muy profundo. Muchos se preguntan acerca de la lentitud de los movimientos, una de sus grandes características, y es que el taichi se trabaja a partir de un flujo continuo, que nos permite realizar una verdadera meditación en movimiento, lo cual se aleja de los conceptos clásicos sobre meditación, relajación y concentración en una postura determinada e inmóvil.
Dada la característica lentitud de esos movimientos, uno aprende a tomar conciencia, no solo de la elegancia y sutileza de los gestos en sí, sino de nuestro propio cuerpo, del cual sin dudas tenemos partes olvidadas y ciertos agujeros negros que no afloran a nuestra conciencia, sino a costa de determinadas acciones, pues nuestro cuerpo traduce la historia de nuestra vida y hay zonas donde el registro es especialmente significativo, por ello la práctica asidua del taichi despierta nuestros sentidos a la realidad y permite en el fluir constante, lento e ininterrumpido, en esa especie de cámara lenta, que nuestra mente se aquiete, y se abra a todo lo que nos rodea, sin expectativa, sin emoción, llegando finalmente a tomar conciencia de nuestra energía interior, el Chi, esa poderosa fuerza oculta en nosotros, y cuyo dominio es uno de los principales objetivos de esta increíble disciplina.
En virtud de lo expuesto, se comprende perfectamente porque la edad no es nunca una traba para acceder a las prácticas del taichi, por lo cual no es raro ver personas de edad muy avanzada en los lugares de enseñanza. En nuestro dojo, hemos tenido una alumna de 92 años de edad, y las clases con gente de mas de 60 años no son poco frecuentes, sin embargo, si alguien piensa que es un arte sólo para gente mayor se equivoca, pues dependiendo de la orientación de las clases, las prácticas pueden ser de una exigencia física tal, que por su contundencia ha sorprendido a más de uno.
En China es habitual practicarlo en los espacios públicos, al aire libre y en comunidad, donde se juntan grandes y chicos sin distinción, realizando una sesión antes de sus tareas habituales, o a la tarde, luego de las mismas.
El boxeo taiji, uno de los importantes estilos del Wushu, pertenece al género Neijiaquan, es decir a la escuela interna. El origen de su creación lo ubicamos en los inicios de la dinastía Qing (1644-1911) bajo la responsabilidad de Chen Wangting, descendiente de la novena generación de la familia de los Chen de la aldea Chenjiagou, en el distrito de Wenxian, provincia de Henan.
Desde su nacimiento, el boxeo taiji se transmitió en la familia de los Chen, de generación en generación. Cuando Chen Changxing, de la 14ª generación, inició a un tal Yang Lu Chen en este arte marcial, se derivaron de él, las escuelas Yang, Wu y Sun. Sin embargo, el boxeo taiji de los Chen no se difundió ampliamente sino hasta cuando Chen Fake (1887-1957), de la 17ª generación, empezó a recibir discípulos de otras familias. A partir de entonces, este arte marcial se fue haciendo conocido por el público.
En el combate, los que practican el boxeo taiji estilo Chen, en vez de oponer la fuerza a la fuerza, buscan parar el ataque con movimientos flexibles, y lanzar su contraataque sin dar a su adversario tiempo para retomar el aliento. El boxeo taiji estilo Chen, tiene sus propias técnicas de combate. La perseverancia en los ejercicios es muy importante para la salud y la longevidad.
Los ejercicios del boxeo estilo Chen se dividen en varias etapas. En la primera, los adeptos deben cumplir los ejercicios inmóviles. En la segunda, comienzan a dominar las fórmulas de movimientos (que nos recuerdan a una espiral continua), ora suaves, ora enérgicos y rápidos, intercalados de brincos y golpes con los pies. Luego, entran en la etapa de ejercicios de empuje de manos. La práctica se ejecuta entre dos personas: manos contra manos, realizan una serie de movimientos circulares, los gestos y los pasos son lentos; atacan y se defienden alternativamente. Esta etapa de ejercicios es necesaria y decisiva para el aprendizaje del boxeo taiji estilo Chen. Las técnicas de combate práctico provienen de las fórmulas de ejercicios de base. Cuando los adeptos han asimilado estos ejercicios, pueden dominar y emplear a voluntad toda técnica de defensa y ataque. El boxeo taiji requiere más tiempo para su dominación, que otras artes marciales. Los métodos de entrenamiento de los Chen, son más complicados y estrictos.